jueves, 24 de abril de 2014

¿A qué me voy a aferrar?

Si no es a la risa que dejaste
colgada en el respaldo de la cama?
Cómo voy a sobrevivir estas distancias,
Si no es amarrada a tu palabra?
Quién me va a inventar zoológicos en la luna
cuando me esconda atrás de un beso?
¿Dónde voy a enterrar mis lugares comunes?
Dónde a desvestirme los deseos,
dónde a jugar con mis no puedos?
Dónde, amor, encontrará esta playa

barco, naufrago y puerto?

Aída Elena Párraga

jueves, 17 de abril de 2014

Te explico en mis sueños todo lo que pudiera ser verdad
si fuera cierto.

Es mentira, 
pero solo si lo fuera
podría decirte que soñarte es un mecanismo de autodefensa
que me deja echa polvo.


          Elvira Sastre

jueves, 10 de abril de 2014

Pedro Andreu, Ángel González, Garcilaso de la Vega


Anatomía de un ángel hembra

Si yo fuese Dios, si pudiese, si supiese
el secreto primero de la vida, si me dejaran:
te crearía tal cual eres: tu misma risa
que me tiembla aquí adentro, tus tobillos,
tu forma de mirarme, de jugar con el puzzle
de tristezas que forman mi pasado, tu boca
que esparce, Laura, en aire asalvajado
epidemias de besos como pájaros, que desordena
el caos que llevo dentro por no querer
amarte, y sin embargo..., mira, me desarmas.
Si yo fuese Dios...¡Qué carajo! Prefiero
apenas ser un hombre, saber que existe el fuego,
que vos podéis quemarme, que vos tenéis
la hoguera, que por vos debo arder,
que tú a mí
me quemas.
                                       Pedro Andreu

Me Basta Así

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.

                                               Ángel González

Soneto V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.


                                                    Garcilaso de la Vega

miércoles, 9 de abril de 2014

Bucea

No llenes el foso de cocodrilos,
no lo hagas, bésame,
yo luego no podré tirarme de cabeza
y todo terminará como siempre
sin haber empezado.
Llévate mi vida, deja en paz mi pelo,
lleva todo lo que tengo, nunca encontrarás
el nudo oculto de mi cabeza, no me des
la lata más, no me dejes un regalo
ni quieras beberte mi copa, llévate
mi vida
y no me mires más.
Sólo bucea,
clava el arpón en tu presa,
afina y discierne
porque ya no eres joven.
                              Luisa Castro


jueves, 3 de abril de 2014