jueves, 25 de junio de 2009

Ajedrez





Porque éramos amigos y, a ratos,

nos amábamos;

quizá para añadir otro interés

a los muchos que ya nos obligaban

decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:

equitativo en piezas, en valores,

en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto

y empezó la partida.


Henos aquí hace un siglo, sentados,

meditando encarnizadamente

cómo dar el zarpazo último que aniquile

de modo inapelable y, para siempre, al otro.


Rosario Castellanos

1 comentario:

  1. MI FAVORTIA POR EXCELENCIA! habria tantas y tantas cosas que decir y que analizar en estos pocos versos!

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