Morir en la orilla es rozar
con la punta de los dedos
la estela que deja tu sombra
frente a mis labios.
Morir en la orilla es
dar esquinazo a los sueños,
resignarse al silencio,
dejar que la lluvia ahogue el deseo, tu voz.
Morir en la orilla es conformarse con haber nadado.
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