miércoles, 19 de octubre de 2011

Dejarse de palabras

Dejarse de pautas, de tiempos,
d’espectáculos vacíos…; dejarse
de tantas –incontables- conversaciones.
Dejarse de inequívocos que no son
ni los suficientes,
ni los adecuados,
y sólo traen –no pocas- equivocaciones.

Cesar de sustancia…
y comenzar a tender puentes
entre los cuerpos tan llenos de mi ausencia.

Adoptar una pose, un’actitud
de desidia.
Confundirse uno mismo con las mareas
hasta el punto
de ser un único movimiento
a la deriva;
y no sucederte distinto
a los meses y las semanas
que le quitan horas de luz al otoño

Pensarse un poco menos muy
poco a poco.
Llegar, incluso, a momentos
en que no te piensas si no es
como referencia.

Dejarse de todo
sin tomar nada a cambio,
pero dejarse: no más síntomas
con teorema, no más ensayos,
no más explicaciones
para los latidos
d’este diagrama.

Dejarse de pasados, dejarse de destinos.
Dejarse de palabras.

Juan Behekoa

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