Roto
Solo, en medio de todo;
estar tan solo
como es
posible,
mientras ellos vienen
muy despacio,
se agrupan,
ponen su
campamento,
invaden,
talan,
hunden,
derriban las palabras
una a
una,
se reparten mi vida,
poco a poco,
levantan su pared
golpe a
golpe.
Después se van;
se
marchan
lentamente,
pensando:
-Nunca podrás huir de todo lo que has
perdido.
Tal vez tengan razón.
Tal vez es cierto.
Pero llega
otro día,
el cielo quema
su cera azul encima de las casas;
yo regreso
de todo lo que han roto,
busco entre lo que tiene
su propia
luz,
encuentro
la mirada del hombre que ha soplado unas velas,
el limón
que jamás es parte de la noche;
ato,
pongo de pie,
reúno los
fragmentos,
me convierto en su suma.
Y todo vuelve
otra vez;
las
palabras
llegan donde yo estoy;
son las palabras
perfectas,
las que
tienen
mi propia forma,
ocupan cada hueco
y cierran cada herida.
Las
palabras que valen para hacer estos versos
y sentarse a esperar que regresen
los bárbaros.
Benjamín Prado
lunes, 5 de noviembre de 2012
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